La autorregulación es esencial para adaptarnos a las situaciones y para actuar acorde a nuestros objetivos. Es un conjunto de procesos que llevamos a cabo para gestionarnos a nosotros mismos.
Planificación.
Ahora, siéntate y escribe en una lista los pasos que tienes que seguir para cumplir la meta. Comienza definiendo qué es lo más importante y cuánto tiempo tienes.
Autoinstrucciones.
Cuando sientas que no puedes poner atención, recurre a hablar contigo, genera instrucciones para ti, cabe señalar que en voz alta funcionan mejor.
Técnica de solución de problemas.
Ahora de cada punto en la lista, escribe cómo podrías resolverlo, una ventaja, una desventaja y cómo te sentirías al
respecto. Recuerda que no existe una sola solución al problema.
Monitoreo.
Verifica siempre al terminar cada paso, así podrás regresar a corregir antes de entregar tu trabajo y tendrás mejores resultados.
Modelado. Elige a una persona que podría ser el modelo a seguir.
Respiración y relajación. Respira profundo y relájate, eso te ayudará.
Visualización. Imagínate a ti mismo, cumpliendo tus objetivos.
Cambios de actividad. Observa cómo te sientes, si estás muy cansado, cambia de actividad por unos momentos, regresa y continúa.
Acudir a un profesional. Recuerda que alguien profesional puede facilitar tu entrenamiento y el enfoque en la autorregulación.
Tamayo, O. (2006). La metacognición en los modelos para la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias. In: Los bordes de la pedagogía: del modelo a la ruptura. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, p. 275-306.
Klingler, C. (2001). Psicología cognitiva: estrategias en la práctica docente. México: McGraw Hill.